Parece un título de ciencia ficción, aunque bien podría no serlo. En las últimas semanas, compañeros de profesión me han suscitado interés por el escabroso tema del intercambio o compra de seguidores. Por el título de esta entrada ya sabrás cual será mi posición. Puedes ahorrarte el resto de esta divertida y útil entrada, solo concluir que obtener seguidores de dudosa procedencia, ya sean comprando o mediante redes de intercambio, es matar la estrategia, destrozar los objetivos y por supuesto un engaño para la marca y toda su comunidad.
A simple vista, parece que no es para tanto, pero invertir en este tipo de servicios a los que obviamente no haré referencia, hace perder por completo la perspectiva de la marca y pone en peligro toda su estrategia.
En lugar de seguidores, prefiero denominarlos zombis puesto que su cometido es invadir una tranquila comunidad de usuarios y deambular posteriormente sin sentido entre las publicaciones de la marca a las que jamás harán caso alguno. El compromiso es nulo, solo quieren carne fresca y una vez hincan el diente a la marca, la desechan para perseguir un nuevo objetivo. Existen dos razas de zombis predominantes:
- Bots. Ejecutados por máquinas sin sentimientos y de gran rentabilidad para las empresas que ofrecen estos servicios.
- Usuarios procedentes de cualquier lugar del mundo. Aunque son humanos, actúan como bots a cambio de incentivos en función del número de cuentas a las que siguen.
Consecuencias de una invasión zombi
Una vez la marca es infectada por hordas de zombis, volver atrás es complicado en muchos casos. La purga deberá realizarse manualmente y con cuidado de no aniquilar a los usuarios reales, que con tanto interés decidieron seguir a la marca. Las marcas infectadas se caracterizan por distintos síntomas que pueden hacer peligrar su existencia en la plataforma social en cuestión, algunos de estos síntomas son perceptibles para cualquier usuario y otros son solo visibles para los administradores de la marca:
- Ratios de actividad muy dispares. Marcas con altas cifras de usuarios logrados en poco tiempo, sin acciones ni campañas, y con bajos niveles de interacción. También lo contrario, comunidades con más actividad que usuarios y con patrones irregulares.
- Las estadísticas dejan de tener sentido. Las redes sociales han facilitado la posibilidad de medirlo prácticamente todo con el fin de conocer con más detalle al usuario y por consiguiente ser más efectivos, sin embargo, una comunidad infectada se caracteriza también por una manipulación de sus características, conocer el perfil real de los usuarios será una tarea imposible, qué edad tienen, de dónde proceden, cuáles son sus intereses, etc. Esta información solo es visible para los administradores.
- La comunidad puede verse mermada hasta el punto de extinguirse. Dado que muchas de las cuentas zombis se crean con el objetivo único de perseguir a otras cuentas, en la mayoría de los casos carecen de contenido, están vacías, y son fácilmente detectables por las plataformas, así es muy probable que acaben siendo eliminadas y por tanto formen parte de las bajas de tu comunidad. Además, plataformas como Facebook prohíben explícitamente realizar acciones de este tipo por lo que si se descubre la página podría ser incluso eliminada.
Difícil vuelta atrás…
Si ya has cometido el error solo puedo desearte suerte y que no vuelvas a hacerlo. Al resto, espero que no sea tarde para cambiar de opinión. En lugar de invertir en una invasión zombi, destínalo a crear contenidos o acciones interesantes para la comunidad. A largo plazo lo agradecerá la marca y lo agradecerán los usuarios.
Imagen de la entrada extraída de FotoWiki.
Gran verdad, y curiosa metáfora… Qué importante es la calidad y cuanto nos obsesiona a veces la cantidad.
Personalmente estoy muy orgulloso de la comunidad que hemos ido «regando» poco a poco desde el primer día en mi empresa.
Hay herramientas como Social Bro, que te permiten controlar muy bien esa calidad y aniquilar sin piedad al primer zombi que aparezca, al mas puro estilo Daryl Dixon :)))